lunes, 26 de marzo de 2012

Echar de menos cosas que nunca has tenido.

Ocurre. Ocurre muy a menudo. (Por lo menos a mí).

No he perdido la esperanza de que alguien me regale un ramo de rosas rojas, de que alguien me llame porque está escuchando una canción que le recuerda a mí o de que alguien me prepare una fiesta sorpresa. Globos incluidos.
Quiero que, algún día, el cartero llegue con una carta para mí. No una carta del banco, de propaganda o una que oferte cualquier cosa milagrosa, no. Una carta escrita a mano (como antaño) que tenga un "te echo de menos" y, puestos a pedir, que termine con un "te quiero".
Quiero que un día, al abrir la puerta, una lluvia de serpentinas y confeti me impidan ver la calle y encontrar en el bolso de la cazadora la nota de algún desconocido que se haya fijado en mí en la biblioteca.

Solo han pasado 22 años, espero poder conseguir todo esto y mucho más. Queridos patitos ha sido un placer, ahora vayamos por los 23.